¿Y quién mejor que una lesbiana? La revista colombiana, SoHo le pidió a una escritora varios consejos para que los hombres no la embarren a la hora de acariciar las tetas, hacer sexo oral y explorar nuevos lugares.

Tirar bien con una mujer es como aprender a disfrutar de un buen whisky, lleva tiempo, precisión y debe hacerse al igual que si fuera la última vez: saboreando cada capa con confianza y agradecimiento porque se está ante algo muy grande. Si usted no piensa esto, seguro se va a comportar tipo cachorro Golden Retriever ante un poco de agua luego de kilómetros en la ciclovía. Imagen clara, es mejor saber qué se está haciendo, cómo, dónde y tal vez lo más importante, para qué.

¿Cuál es la mejor manera de tomarse un whisky? Probablemente no la haya, y cada respuesta varía según la persona –experta o no– que esté frente al vaso. No obstante, sí hay unos mínimos o pasos a seguir para no pasar de hombre a perro; aplica para cómo beber un whisky sin parecer un idiota así como para tirar bien con una mujer y no ser un motivo más para que ella termine con otra mujer, como yo.

Bien. Hay unos puntos que son conocidos y si lo son es porque, de hecho, son importantes: el primero, el cuello. Si es la primera vez que van a tirar, no se lance sobre el cuello antes de besarla; es más una regla de etiqueta, las mujeres –si no todas, sí la mayoría– nos fijamos en eso. En ese caso, bésela y, poco a poco, vaya al cuello. Cuide de no terminar con el pelo de ella en la boca, es simplemente asqueroso. Tiempo y seguridad; retírelo, bésela con calma ––sin babas, ¿tengo que decir esto?–– y transmitiéndole que sí, que usted sabe qué está haciendo, y escuche, siempre escuche porque es así como la lee a ella; además de ver cómo va cambiando su cuerpo. ¿Gime un poco y siente que ella se va relajando, como dejándose ir? Lo está haciendo bien, dio en el clavo. Sea inteligente y sepa a cabalidad qué hizo, guárdelo en su memoria. Siempre es útil tener una serie de movimientos que, según su capacidad de escucha y leer el cuerpo, sabrá si son los correctos con cada mujer que vaya a estar.

Después de haber estado en el cuello, recomiendo volver a besarla y volver allí, pero esta vez sin quedarse tanto. No voy a escribir cómo besarla, pero sí podría resumirse en tiempo ––calma––, seguridad ––confianza–– y cero babas ––en verdad, es importante; no importa cuánto amor ella le profese, esto es imperdonable.

Ahora bien, segundo, los pezones. ¿Ha visto mamar a un bebé? Seguro que sí, y asumamos que usted no se quedó en la etapa posnatal de la lactancia así que es muy consciente que es, precisamente así, como no ––¡jamás!–– debe llegar a los pezones. Bésele el abdomen antes, alrededor del ombligo ––sí, bésela mucho, muchísimo–– y después llegue, aterrice en los pezones. Ignoro qué tan sensible es un tipo ahí, pero las mujeres sí lo somos. Tenga esto en mente, pero sin abusar. Yo no recomiendo “meter mano” a los pezones, es decir, que más de dos dedos esté en contacto con ellos; es mejor usar la boca y la lengua. La boca sin succionar, más como un pasar sobre ellos ayudándose de la lengua. Puede llegar a morder el pezón, pero sea muy delicado ––a menos que le pidan lo contrario––.

Tercero, las tetas. Puede hacerlo con un poco de presión yendo hacia arriba ––acá la palma de su mano puede estar contra el pezón, pero no siempre–– o hacia un lado, eso dependerá de si “suena” a que ella le gusta y si lee en su cuerpo que, en efecto, así es. Recuerde que no debe quedarse anclado a ellas como si estuviera apretando un claxon y que si acaso va a tocarlas en conjunto, bese a la chica con quien está, ¿dónde? Puede ser el abdomen o, mejor, irse escurriendo a la parte interior, más cercana a la pelvis, del muslo. Besar la parte interior del muslo y acercarse hasta la complexión entre este y la pelvis, es un detonante. Acá está uno de los para qué más importantes: este es el forplay del sexo oral. Puede, incluso y ayuda mucho, besar sobre la braga misma. Si lo está haciendo muy bien, ella misma se la quitara, si no, hágalo ––confianza ante todo–– y retome, por menos tiempo, el forplay mencionado líneas atrás.

Durante el sexo oral es vital transformarse en oídos y percepción, solo así sabrá qué hace mal o bien. Mientras llega al clítoris puede acariciar los labios vaginales de arriba hacia abajo; y una vez que esté en él, siendo delicado, pero firme, puede estimularlo gradualmente, desde menos a más presión. Procure tener la mano libre fuera de sus pantalones y acariciar sus senos: esto, sin duda, es un éxito.

La parte anterior del cuerpo, desde la espalda hasta los talones, me ha parecido un lugar que se ha dejado aparte. Recomiendo, si en realidad se quiere tener y ser un buen polvo, besar y acariciar desde el Atlas, pasando por la espalda baja y las nalgas, hasta abajo, llegando a los músculos gemelos y los dedos de los píes ––que se pueden llegar a lamer y chupar, cuando hay más confianza y se sabe que ella disfruta de ello.


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