Cae la noche en Indonesia y el paisaje de las calles se transforma. De un decadente edificio salen unas mujeres con faldas cortas, peinados exóticos y un exceso de maquillaje en el rostro. Los primeros clientes del Mami Joyce’s House fuman un cigarrillo en la puerta principal. Echan un vistazo a las flores nocturnas que abren sus pétalos para recibirlos. Ellos saben que esas mujeres tienen un pene, pero no les importa, al contrario, así las prefieren.

Yakarta, la capital de Indonesia, es mundialmente conocida por la enorme comunidad transgénero que alberga. Estas mujeres sobreviven a pesar de toda la discriminación que padecen. Para subsistir trabajan en burdeles con sueldos paupérrimos, pues ninguna empresa quiere darles trabajo debido a su “enfermedad”.

Lo paradoja surge cuando se entra a uno de estos prostíbulos y se ve el lugar lleno de hombres elegantes que van en la búsqueda de una mujer que pueda satisfacer sus depravaciones. Ellas aceptan venderse por unas cuantas monedas que no alcanzan más que para comer. De esa forma los lugares como el Mami Joyce’s House se convierten en su hogar. Ahí viven, tienen sexo y se ríen de las persona que no entienden su postura en el mundo.

¿Cuál es la diferencia entre sexo y género? Es importante aclarar estos dos términos para entender el fenómeno transgénero que se vive en Indonesia. Una persona que nace con un pene pertenece al sexo masculino, pero eso no significa que su orientación sexual y su papel en la sociedad sea el de un hombre.

Selvie y sus amigas se están preparando para la noche del sábado en el Mami Joyce’s House. Hace un par de décadas atrás, este lugar se construyó por una asociación que apoyaba a todas las mujeres transgénero de Indonesia. Este acto caritativo fue agradecido por esta comunidad. El problema fue que los ingresos eran casi nulos y cada vez llegaban más personas a la casona. Fue entonces cuando las mismas habitantes tomaron la decisión de convertirse en prostitutas. Es claro que este no es su sueño, pero ¿qué más pueden hacer en un mundo que las rechaza?

La sorpresa de todas las mujeres fue que los clientes comenzaron a llegar a montones. Desde que se consolidó como un burdel, los viernes y sábados recibe a más de 500 hombres por noche. Con esta cifra se puede entender lo populares que son las chichas transgénero en Indonesia.

La naturaleza les dio un órgano viril, pero eso no significa que sean hombres. El género no es determinado por el sexo, sino por la mente, los sentimientos y los deseos. Puede que una persona haya nacido con un disfraz masculino, pero por dentro se sienta como una mujer. La sociedad es la que impone la orientación e identidad sexual. Cuando una persona nace con un pene le dice que debe vestirse y comportarse como un hombre y, por supuesto, tiene que sentir atracción por una mujer. ¿Dónde queda la libertad de elección?

Las personas transgénero en Indonesia nacieron con un pene pero son una mujer por dentro. ¿Están mal por no ser lo que la sociedad quiere? Ellas sólo siguen sus sentimientos. Aunque el resto del mundo las vea como unos hombres con prendas absurdas y maquillaje horrendo, estas mujeres de Yakarta son fieles a sus instintos.

Así se viven las noches en el prostíbulo de Yakarta. Para la gente que no está familiarizada con el tema, este imagen puede parecer grotesca al creer ver a dos hombres teniendo una relación. La realidad es que hay dos seres con pene, pero uno de ellos es una mujer, al menos en su interior.

Su identidad sexual es la de una mujer y, por lo tanto, sienten placer cuando intiman con hombres. Si hay que señalar a alguien es a los clientes que visitan el Mami Joyce’s House, quienes en realidad son los hipócritas. Estas personas quieren aparentar un lugar correcto en la sociedad. Se visten como hombres y se comportan como tal, pero al momento de elegir a la persona con la que tendrán sexo se comportan como homosexuales.

Para alguna de estas mujeres, vivir en el cuerpo de un hombres es como estar en una prisión, así que comienzan un tratamientos hormonales para ir transformando su cuerpo en lo que realmente quieren.

 

¿Quién actúa de mala manera? ¿Las mujeres transgénero que viven su sexualidad plenamente y en armonía con lo que sienten y proyectan, o los hombres que llegan a buscar el placer de otro pene? A pesar de la evidente falsedad, ellos, quienes les gritan insultos en las calles para ocultar su homosexualidad. Al menos todas las mujeres que viven en el Mami Joyce’s House son sinceras.

ctrcltv


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