El joven delantero del Watford inglés Isaac Success fue detenido en el lobby de un hotel, luego de reclamar violentamente la devolución de su dinero.
Todo le salió mal al joven delantero del Watford Isaac Succes. El nigeriano terminó siendo arrestado por la policía después de provocar disturbios en un hotel de Londres por los reclamos de las cuatro acompañantes que contrató.
El jugador pagó un total de 2.600 dólares a cuatro mujeres que accedieron a pasar la noche con él. Sin embargo, el alcohol le jugó una mala pasada y él las acusó de estafadoras, según informó el diario británico The Sun.
“Nos acusó de robarle y pidió que le devolviéramos su dinero”, declaró Alexis Domerge, una de las cuatro mujeres que estuvo con él en la habitación. “Todas nos desnudamos tan pronto como el dinero llegó a nuestras cuentas bancarias”, agregó.
Por otro lado, la morena aseguró que Success, “estaba bebiendo Baileys directamente de la botella. Debe haber tomado por lo menos dos”, y continuó:
“Me quité los pantalones cortos y me metí con las otras tres chicas haciendo todo lo que te imaginas”. Michaela Carter, de 30 años, fue otra de las que estuvo presente en el hotel Sopwell House: “Él habló toda la noche sobre cuánto gana y cuánta diversión íbamos a tener. Parecía un poco tímido y torpe, probablemente porque solo tiene 21 años”.
Según indicó The Sun, antes de ingresar al hotel, la joven promesa nigeriana, que gana 40 mil dólares por semana, había pasado la noche en el club nocturno Platinum Lace, en el oeste de Londres. “Los cinco nos retorcíamos en la cama, pero después de un tiempo nos dimos cuenta de que el Baileys había hecho su efecto. Le dije que no podíamos quedarnos más tiempo. Ahí fue cuando las cosas se tornaron desagradables, hubo un montón de gritos que debieron de haber despertado a todo el hotel”, aseguró Domerge, de 24 años.
Minutos más tarde, cuatro patrulleros llegaron al lugar y arrestaron al futbolista, que al poco tiempo fue liberado. Luego las prostitutas afirmaron que Isaac llamó a su banco y le canceló los pagos. “No podíamos creerlo cuando nos acusó de engañarlo y de conseguir que el banco le devolviera su dinero. Hicimos un trato y no fue nuestra culpa que no lo pasara bien. Su conducta fue pésima”, concluyó una de las mujeres.