Una desgarradora noticia acaparó este lunes los diarios mexicanos, luego de que se conociera que la Procuraduría investigaba a una joven de 25 años de edad que pretendía viajar en autobús desde Ciudad de México a Puebla con su hijo de tres años fallecido en sus brazos.

El pequeño iba envuelto en plásticos y llamó la atención de todos los que se encontraban en el Terminal, quienes avisaron a las autoridades al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.

 

La mujer, identificada como Silvia Reyes Batalla, fue entrevistada por funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), y, aunque fue trasladada al Ministerio Público para explicar la situación, finalmente fue dejada en libertad después de que su historia fuera corroborada por un familiar.

La joven, que aseguró que tenía un presentimiento de lo que iba a suceder, explicó que ningún hospital la quiso atender porque no tenía plata para pagar la consulta ni el tratamiento del menor. De acuerdo al informe del forense el pequeño falleció a causa de un infarto agudo al miocardio derivado de un ataque epiléptico, dichos que se muestran en el certificado de defunción que le fue entregada a la madre.

La mujer detalló que no tenía ningún conocido en el lugar y tuvo que pedir lismona para poder pagar el pasaje a su lugar de origen. Según el testimonio de Silvia, el pequeño falleció por complicaciones mientras esperaba en el Terminal, pero no se dio cuenta de ello hasta horas más tarde, cuando usuarios le advirtieron del mal aspecto del pequeño.


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