Los sueños son el puente que nos conecta con el mundo de los muertos y, justo cuando entramos al estado de la inconsciencia, éstos nos advierten las posibles cosas que nos pueden ocurrir en nuestras vidas o simplemente darnos un mensaje importante.

Los científicos intentaron hacernos creer que en realidad los muertos no se comunican con nosotros, sino que nuestro subconsciente nos revela lo que nosotros mismos nos negamos a creer, pero esta teoría no fue para nada aceptada, pues es demasiado extraño que cada una de las personas que experimentan estos sueños tengan exactamente el mismo patrón, cuando según los expertos, la mente de cada sujeto actúa de manera diferente en todos los aspectos.

Por lo general, los sueños con personas fallecidas de nuestro círculo familiar o social, tienden a ser muy fríos y remontados a épocas muy lejanas, como si viviéramos en otros tiempos, además, se siente mucha tranquilidad. Algunas veces puedes ver todo con demasiada iluminación, una luz blanca casi cegadora pero que te transmite paz y, al momento de despertar, sientes como si hubieses estado despierto todo ese tiempo, porque se ha sentido tan real aquella ensoñación que simplemente terminas asombrado, impactado y sin un deje de cansancio.

Las personas practicantes de religiones esotéricas nos han revelado que cuando los muertos se manifiestan en nuestros sueños es para advertirnos sobre algún peligro, darnos un mensaje importante a nosotros o que le digamos el recado a otra persona cercana a nuestro entorno. Han existido múltiples casos en los que el familiar muerto previene al soñador sobre una enfermedad que ni el mismo sabía que tenía o que sería próximo a portar y al ir con el médico se lleva la no tan grata sorpresa. De igual manera, avisan sobre futuros embarazos e importantes riesgos.

Por otro lado, pueden comunicarse para pedir la orientación que necesitan para ir al más allá, pues a veces ellos no saben que han pasado de un mundo a otro y que su tiempo ha llegado al final.


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