Puente Picún Leufú, una tranquila localidad en todo el centro de la cordillera andina de Argentina, fue protagonista hace poco mas de un año de un evento inexplicable que ha dejado atónitos no solo a los habitantes del lugar, sino también al resto del país. Una pueblerina habitante de estas heladas tierras alertó a sus vecinos al haber escuchado como algo parecido a “granizo” caía del cielo, algo que, es común debido a la altura de la región, pero la realidad era distinta, pues lo que venía del cielo a una velocidad veloz eran trozos de carne.
Puente-Picún-Leufú El misterioso fenómeno de la lluvia de carne en Argentina que estremeció a un pueblo entero
Totalmente sorprendida, llamó a la estación de policías de Puente Picún y reportó el fenómeno. Los trozos de carne caían sin cesar en un radio de 100 metros, y las casas tenían aquellos pedazos colgando en el techo y ventanas. De igual manera colgaban bastantes pedazos de carne en los árboles adyacentes a la zona.
Las porciones fueron sometidas a una serie de estudios para determinar qué tipo de carne era y, según fuentes extraoficiales, se trata de pedazos de carne de algún tipo de animal que extrañamente no se ve en esa zona.
Lo curioso de todo esto es que los testigos afirman que durante aquel suceso no sobrevolaron ni aviones ni helicópteros, así que no hay una explicación lógica que pueda determinar cómo y porqué cayeron esos restos de animal en aquella localidad.
Por otro lado, muchas hipótesis comenzaron a idearse luego del hecho y cada una era más improbable que la otra, sin embargo, muchos han opinado que puede tratarse de un fenómeno esotérico, mientras que otra parte del territorio alega que todo es obra de seres extraterrestres. De cualquier forma, luego de un año de este misterioso evento, la familia sigue aterrorizada y consternada, pues piensan que la “lluvia de carne” es un mal augurio para todos en su familia.
La investigación sigue en curso, pero la fiscalía y la brigada de investigaciones a cargo del caso se reservan las opiniones al público general. La actitud de ambas entidades sólo puede confirmar que la lluvia de carne tiene un trasfondo más misterioso del que pensamos.