Sabemos que la naturaleza podría acabar con la raza humana de golpe. Ya lo ha hecho antes, con los dinosaurios, por ejemplo, y otros organismos que han desaparecido por completo de la faz de la tierra, dejando solo el registro de su paso mediante fósiles, es decir, huellas, que también podrían borrarse.
Las formaciones de placas y el movimiento la actividad de la tierra también deja huellas, que pueden estudiarse. Científicos de la Universidad de Bristol analizaron estas huellas, en particular las dejadas por las erupciones de supervolcanes, en un registro que analiza los últimos 100 mil años.
La erupción de un supervolcán puede liberar al menos un billón de toneladas de material sobre la superficie, llegando a cubrir de cenizas continentes enteros y cambiar el clima durante décadas. Esta nueva investigación ha concluido que este tipo de erupciones son más frecuentes de lo que se pensaba hasta ahora, y que de hecho podrían ser una amenaza tangible para nuestra civilización.
Antes se estimaba que las supererupciones ocurrían en una media de 45 mil o 714 mil años, es decir, un tiempo mayor al de la edad de nuestra civilización. Las nuevas estimaciones que se han hecho son, sin embargo, menos favorables: se estima que el rango es de 5.200 a 48 mil años. Eso significa que el periodo de estas erupciones masivas es solo un poco mayor al de la civilización humana, que comenzó hace 12 mil años.
Las últimas erupciones de este tipo de volcanes, ocurrieron en la Tierra hace 20 mil y 30 mil años, por lo que hasta ahora hemos tenido suerte de no experimentar alguna. Pero, como sabemos, la naturaleza no es regular, y no se puede predecir exactamente cuándo habrá una nueva erupción.
Los investigadores llaman a la necesidad de desarrollar tecnologías que nos preparen al menos para erupciones menores, que podrían ser capaces de devastar ciudades o países. Recalcaron además, que pese al peligro real que significan estos supervolcanes, en este momento hay amenazas más urgentes, como el cambio climático, o la sexta extinción masiva provocada por la acción del humano y que afectará la generación actual como a las futuras generaciones. Solo estas realidades cambiarán la civilización humana en los próximos milenios, de una manera que no podemos ni imaginar.
