El Sumo Pontífice opinó que en italiano, inglés y latín la oración está mal traducida y busca modificarla.
El papa Francisco sugirió esta semana en una entrevista que algunas traducciones del Padre Nuestro como la italiana, la inglesa e incluso la latina, no reflejan el significado correcto de la oración que, según los evangelios de San Lucas y San Mateo, Jesús enseñó a sus discípulos.
En castellano, al final de la oración se dice “no nos dejes caer en la tentación”, pero en inglés, italiano y latín dice “no nos induzcas a la tentación” o “no nos dirijas a la tentación”.
“No me dejes caer en la tentación porque soy yo el que cae, no es Dios quien me arroja a la tentación para después ver cómo me caí. Un padre no hace eso, un padre ayuda a levantarse inmediatamente”, apuntó el Papa.
En 2008, la traducción de la Biblia de la Conferencia Episcopal Italiana ya incluyó ese cambio con el verbo abandonar: “non abbandonare alla tentazione”. Pero el misal romano no usa esa traducción. Por su parte, el texto griego del evangelio de San Mateo, el segundo que se escribió de los sinópticos, usa una expresión que sería “eis+fero”, algo así como “llevar a”.
En castellano, tanto en la Biblia como en la oración, el significado es el correcto, no es Dios el que empuja al hombre a la tentación, sino el hombre el que cae en ella.
En tanto, en francés se usa el verbo laisser: “Et ne nous laisse pas entrer en tentation”, pero desde el 2 de diciembre se usa la nueva versión tras años de discusiones.
En el capítulo 6 del evangelio según San Mateo, dice: “Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal”.
En el capítulo 11 del Evangelio de San Lucas, posterior, que no conoció a Jesús, se dice: “Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”.