Michael Sheridan tomó indiscriminadamente gaseosa durante un año, hasta que sus dientes terminaron con serias lesiones. Mira cómo quedó.
Existen innumerables razones para dejar de beber gaseosas porque los daños que se originan en nuestro organismo a veces terminan por ser irreversibles. Michael Sheridan era un bebedor empedernido de los productos gaseosos y sus dientes terminaron por pagar las consecuencias. Su obsesión lo llevó a tomar al menos 6 litros de gaseosa al día.
Luego de tomar en promedio tres botellas de dos litros al día, 27 de sus dientes fueron gravemente dañados. El dolor que se originó producto de su negligencia fue tanto que se vio obligado a comer productos líquidos y blandos, pues ya no tenía capacidad para masticar los alimentos.
ASÍ ERA ANTES
Asimismo, su dieta se basó en yogur, cereal blando y sopa, ya que un insignificante sándwich le hacía gritar de dolor. “Yo estaba adicto a las bebidas gaseosas. Tomaría seis o más litros al día, la mayor cantidad a la cual pudiera acceder. Siempre tenía una botella en mi mano. Y yo sabía que, si me iba al dentista, tendría que parar de tomar bebidas y no quería hacerlo“, sostuvo el hombre al diario Daily Mirror.
ASÍ ES CÓMO QUEDÓ
Como era de esperar su nivel económico no era el óptimo y pasó penurias, hasta que conoció a un dentista llamado David Murnaghan y lo ayudó. “También sabía que todos mis dientes deberían ser retirados, y yo no tenía cómo llevar eso delante económicamente”, agregó.
“Le dije a Michael que podía ir a mi consulta para una atención. Yo sabía que sus dientes representaba un serio daño a su salud. Él no podía masticar bien su comida o morder un sándwich y sentía dolores todos los días”, comentó el dentista.
Según reveló el doctor David Murnaghan tuvo que retirarle 27 dientes dañados y se colocaron 27 dientes postizos. Desde entonces se prometió a no volver a tomar gaseosas, ¿Lo cumplirá?