Una mujer de 28 años que trabajaba como niñera fue detenida en la ciudad estadounidense Wisconsin, por la muerte de un bebé de dos meses.

Aunque sobre ella pesaba una restricción que le impedía acercarse a niños, derivada de otra denuncia por maltrato, Marissa Tietsort no dejó de trabajar con menores de edad. Su última víctima fue un bebé, quien murió el 18 de octubre pasado tras recibir varios golpes en la cabeza.

Pese a haber fallecido, Tietsort lo ató al cochecito y lo llevó hasta una casa de comidas rápidas, donde estaba la madre, junto al hermano mayor, que también estaba bajo su cuidado. Después, se fue con su novio y su hijo a nadar a la piscina de un hotel.

Poco tiempo pasó hasta que la madre se dio cuenta que su hijo de dos meses no respiraba y estaba frío y rígido, por lo que pidió asistencia, aunque nada se pudo hacer al respecto.

De acuerdo con las autoridades, “el tono de su piel era pálido, sus mandíbulas estaban apretadas y sus labios se encontraban azules”.

También revelaron que ese día, dos horas después de haber recibido a los niños, le envió a la madre un mensaje en el que decía que un medio local había publicado que estaba acusada de abuso de menores, por lo que se suponía que no debía estar en contacto con chicos.

Por eso, la mujer permanece detenida y la Justicia le aplicó una fianza de 500,000 dólares, además de ordenarle que no tuviera contacto con la familia de la víctima.

Antecedentes

Tietsort, quien está embarazada de su sexto hijo, ya había sido denunciada por las lesiones en el rostro que sufrió el 2 de agosto pasado una niña de 11 meses, según explicó, tras haber caído de un sofá. Sin embargo, los médicos aseguraron que sus heridas no eran compatibles con ese tipo de accidente.

En otro hecho ocurrido en 2017, un bebé de tres meses sufrió fractura de cráneo mientras estaba a su cuidado. Por estos casos, la mujer tenía una restricción judicial que le impedía estar con menores, medida que no respetó.


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