Luego de décadas de concentrar sus esfuerzos en desarrollar la sustenibilidad y el respeto al medio ambiente, Costa Rica se ha propuesto la meta de producir toda su energía eléctrica de fuentes renovables no contaminantes; tarea que ya tiene cumplida en un 99% (con la energía térmica destinada sólo a emergencias).
Esto implica que toda la nación; industria, hoteles, viviendas, comercio, todo, usará electricidad proveniente de fuentes renovables, dejando atrás toda emisión de gases de efecto invernadero.
Este es un logro que destaca especialmente frente a la potencia mundial en renovables que es Alemania, y que actualmente produce un 33% de su electricidad con energías limpias, informa NCYT.
Las fuentes que más se están utilizando para lograr la tan anhelada independencia energética, son la hidráulica, la eólica; mientras la solar y la geotérmica aún no llegan a desarrollarse tan masivamente como es el ideal.
En Costa Rica, la planta hidroeléctrica Reventazón, en el cantón de Siquirres, provincia de Limón, tiene cuatro plantas generadoras, y es la obra de infraestructura más grande que se haya construido en el país.
Una vez que esté completamente terminada, Reventazón abastecerá a 525.000 hogares, con un total de 305,5 megavatios de potencia instalada.
El cantón de Tilarán, por su parte, se ha transformado en un paisaje que combina naturaleza y grandes parques eólicos.
La energía geotérmica, que proviene del interior de la tierra, también forma parte del total de fuentes renovables en Costa Rica, que es una zona privilegiada para generar este tipo de energía, por su gran cantidad de volcanes. Aunque menos de un 20% de la energía generada en el país es de tipo geotérmico, éste sistema sirve de complemento para cuando las reservas de agua son insuficientes.
En este modelo, otro aspecto que entra en juego y que se ve beneficiado, es el turismo. El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) tiene el propósito de convertir el concepto de “sostenibilidad” en un elemento fundamental de la competitividad del país. Este concepto permite promover los establecimientos que mejor representan los valores ecológicos y sociales, y que incentivan la participación activa de las comunidades locales.
