Hace un tiempo, escandalizo el caso de la profesora Shelley Dufresne, aquella que, junto a otra educadora, Rachel Respess, había hecho un trío con un alumno de 16 años en la casa de esta última.

Pues en abril del 2015, Dufresne -casada y madre de tres niños- se declaró culpable de un cargo de obscenidad y accedió a entregar su licencia de enseñanza, someterse a un tratamiento de salud mental y mantenerse alejada de la víctima y su familia para evitar la pena de prisión y tener que registrarse como delincuente sexual.

El juicio en contra de la profesora siguió, y sus abogados defensores entregaron los argumentos de clausura esta semana con los cuales, se cree, Dufresne podría ser declarada inocente de los cargos. Se preguntarán por qué esta decisión, pues se entiende que la maestra sostuvo relaciones sexuales con un menor de edad. Bueno, al parecer, nunca hubo evidencias concretas al respecto.

Los abogados defensores, Kim McElwee y Jim Williams, trataron de socavar la credibilidad del adolescente durante el interrogatorio sobre cuándo y dónde ocurrió el primer encuentro, y si pudo o no conseguir una erección durante el segundo.

El adolescente testificó el martes que está seguro de que Dufresene lo llevó a un estacionamiento detrás de una tienda de daiquiri, en Metairie, después de un partido de fútbol, el 22 de agosto de 2014, y que ambos habían tenido relaciones sexuales dos veces en el asiento trasero de su Honda Pilot.

“Estoy familiarizado con el área. Yo sabía lo que me rodeaba”. Dijo el joven, de ahora 19 años.

La defensa, sin embargo, destacó el hecho de que el dicho lugar, Metairie, nunca fue mencionado en el informe inicial del incidente, o en cualquier informe posterior. Además, un adolescente, amigo de la víctima, contradijo en el estrado esta ubicación, pues dice recordar que el joven mencionó que el encuentro se dio “cerca de Loyola” Drive.

En cuanto al supuesto trío en el apartamento de Rachel Respess, McElwee analizó las declaraciones del chico, donde al principio mencionaba que no pudo conseguir una erección esa noche.

En el estrado, sin embargo, el adolescente testificó que él y Dufresne tuvieron sexo esa noche en el apartamento, y de nuevo después de que Dufresne convenció a Respess de unirse a ellos. Después de que esta se durmiera en un sofá, él y Dufresne fueron a recoger cigarrillos, dijo. Mientras estaba allí, la mujer le compró una píldora para mejorar su resistencia sexual, aunque no la tomó, declaró.

McElwee también le preguntó acerca de un video que supuestamente tomó, pero que nunca fue recuperado porque él purgó su teléfono de cualquier texto, fotos y videos relacionados con el asunto. El adolescente declaró que no había contacto, aunque su amigo testificó que vio el video y que seguáin en contacto.

La defensa sostiene que esto constituye un crimen por el cual el adolescente nunca fue procesado y por el cual deberían leerse sus derechos. La defensa también trató de socavar su credibilidad al señalar que la familia ha entablado una demanda civil contra las dos maestras y la Junta Escolar Parroquial de St. Charles, buscando 1 millón de dólares.

McElwee señaló que el número de encuentros sexuales discutidos en el juicio penal parecía estar muy por debajo de los 40 más alegados en la demanda civil.

Por esta razón, y unas cuantas inconsistencias más en las declaraciones del joven estudiante, Shelley Dufresne podría ser retirada de cargos y no quedaría registro en sus antecedentes penales de este abuso.

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