Esta la historia de un joven que relata en detalle el desamor de su novia quien decidió cambiar el amor por dinero en un par de días luego de conocerse.

Carlos solicitó  publicar su historia que inició con la dinámica de cualquier noviazgo de una pareja de jóvenes cuyas edades apenas pasan los 20 años. Pequeños detalles, mensajes con frases cariñosas y citas en centros comerciales fueron los primeros actos de cortejo.

Entre las peticiones de este joven, a quien entrevistamos en un restaurante de comida rápida de esta capital es la de no hablar mal de su ex amor, ya que asegura que aunque sabe que lo intentó “fregar”, la sigue teniendo en su mente.

El relato de Carlos atestigua su evidente estado de estrés, pues, asegura que sobre él pesan amenazas a muerte y una extorsión por parte de quien fuera su novia. “Empezamos a ser novios el 8 de diciembre, ese mismo día la quise ir a dejar hasta su casa pero ella me insistió que mejor la dejara en la parada de buses”, relata.

Según Carlos, el sector donde su ex novia reside es fuertemente controlada por la pandilla 18, “Hasta hay un dicho, que dice que quien no ha tenido novia en (menciona la colonia) no es salvadoreño (…) la verdad es que nunca imaginé que ese fuera a ser el problema, ni que ella fuera una pandillera”.

Carlos conoció a su novia, la marera, en un puesto de ropa de Merliot, “la chera era super bonita, tiene plante, y pues para nada se miraba que andaba en cosas raras, si la ves te enamoras de un solo”.

Asimismo, este joven que trabaja para una fábrica de alimentos, nos detalla como la vida le cambió repentinamente, “Para la primer quincena de diciembre ella me pidió mi sueldo con la ´paja´ que su abuelo estaba enfermo. Cuando le dije que le podía ayudar con algo su reacción fue muy violenta, cuestionándome que como es que podía pagar un celular caro y no podía ayudarle a su abuelo”.

Ante la insistencia de la joven, Carlos asegura haberle solicitado que quería atestiguar la supuesta enfermedad del abuelo, hecho que desató una clara extorsión, “Mirá, la onda es que vos no me amás y unos amigos me dijeron que o me dabas el dinero a mí por las buenas o se los das a ellos por las malas”, aseguró este joven quien nos reitera que protejamos su identidad.

Cuando transcurrieron los primeros días de enero, Carlos recibió una serie de llamadas que se negó a contestar porque temía lo evidente, “Tres llamadas me hicieron y luego empezaron a caerme mensajes exigiéndome que le diera trescientos dólares a ella”, asegura este joven mientras nos muestra el teléfono donde resguarda las amenazas y el número telefónico desde donde fueron remitidos.

Estos hechos obligaron a Carlos a cambiar número de celular mientras dejaba pasar el tiempo sin interponer una denuncia ante las autoridades pertinentes, “No he puesto la denuncia porque la verdad es que tengo miedo, ella no sabe mi dirección exacta y quiero ver si esto queda en el olvido. A lo mejor y ya están extorsionado a otro porque ella no es fea”, concluye.


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