Felicita Schirow ha impactado a sus familiares más cercanos y colegas políticos por el siguiente anuncio: “Una hora de placer para caballeros de clase alta por 200 euros”

Una dura decisión fue la que tomó una mujer alemana de 60 años, tras ver que su carrera política se estancaba y varios negocios fracasaban. Felicita Schirow ha impactado a sus familiares más cercanos y colegas políticos por el siguiente anuncio: “una hora de placer para caballeros de clase alta por 200 euros (un poco menos de 245 dólares), informa el periódico Berliner Kurier.

Shirow es muy conocida en el ambiente político debido a su arduo activismo para conseguir que la prostitución sea reconocida como profesión durante su gestión. Su pasado como ‘dama de compañía’ fue base para que ese controvertido proyecto salga a la luz. Sin embargo, ahora la vida de la mujer pasa por momentos difíciles.

Tras 15 años de estar alejada de la prostitución y una corta carrera política, Felicita se quedó sin trabajo y casa, los negocios que emprendió fracasaron y acumuló cuantiosas deudas. A eso hay que sumarle la ruptura con su pareja y que tiene un hijo de 9 años al que mantener.

“No importa que tuviera poco dinero, siempre me preocupé por mi hijo. A veces alguien me daba ropa o me dejaba un sobre con dinero en el buzón”, relató.

Por otro lado, la suerte no acompaña a la trabajadora edil, pues asegura que el Estado no le reconoce el derecho de recibir hace dos años la prestación por desempleo bajo diferentes excusas que se encargan de encubrir. Además echa la culpa al gobierno de haber regresado a la prostitución.

“El estado me convierte en una prostituta forzada, por así decirlo, porque la oficina de empleo no me concede ninguna ayuda”, comentó. La mujer narra cómo tuvo que pasar penurias en su hogar y ver a su hijo, de 9 años no poder cepillarse los dientes, tras habérsele cortado el suministro de agua, fue lo peor que vivió.

Desde que tomó la decisión de volver a la prostitución, Shirow se siente “libre otra vez, ve el futuro con esperanza. Mis amigos me apoyan y no hay que permitir que las circunstancias te depriman”.

“Mi hijo todavía es demasiado pequeño para entender lo que estoy haciendo. Pero él me ve sonreír de nuevo. Espero que cuando sea mayor entienda que lo hice para salvar nuestro hogar”, culminó.


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